¿No puedes dejar el refresco? ¡Pero si es uno de los mayores placeres de la vida! Es lo que muchas personas afirman y hay quienes no encuentran opción más refrescante, y yo no vengo a decirte que es un hábito fácil de cambiar. Vivimos en un país en el que el consumo de refresco es muy alto, hay casos en los que se consume más refresco que agua en el día.
Los refrescos existen en todos los colores y sabores, incluso para aquellos que no lo toman o que dicen que no les gusta, si se esforzaran seguro encontrarían una opción que los convenza.
Pero, la realidad es que, por más rico que sea, muchas veces no sabemos realmente que es todo eso que estamos tomando. Tal vez si lees esto, comiences a pensarlo dos veces antes de seguir consumiéndolo.
El refresco como tal es un producto completamente sintético, es decir, no contiene absolutamente ningún ingrediente 100% natural. Entre los ingredientes más nocivos que puedes encontrar en su etiqueta vamos a hablar de los siguientes:
- Agua carbonatada : esta por su alto contenido en sales está asociado con el desarrollo de cálculos renales o como seguro has escuchado, piedras en los riñones así como el de aumento de la presión arterial que puede favorecer el desarrollo de enfermedades cardiovasculares como la hipertensión.
- Color caramelo: este es el residuo de un compuesto químico al calentarse, se utiliza para darle sabor a los refrescos pero puede causar la deficiencia de vitamina B6, aparte de alterar el metabolismo de los carbohidratos y las proteínas en el cuerpo.
- Aspartame: el consumo excesivo de este compuesto puede elevar la acidez de la orina, que puede provocar infecciones de las vías urinarias.
- Ácido fosfórico: este compuesto puede irritar la piel y los tejidos, pero este no es el principal problema, el ácido fosfórico no permite la absorción del calcio, lo que favorece la prevalencia de osteoporosis. Este ácido también afecta la absorción del hierro, cuya deficiencia puede causar anemia y que es peligroso para niños, mujeres embarazadas y personas de la tercera edad.
- Benzoato potásico: este compuesto es un conservador y representa riesgo de complicaciones para personas que padecen asma, alergia a las aspirinas o urticaria y favorece la hiperactividad en los niños.
- Ácido cítrico: este es muy bueno en su estado natural, pero en el caso del ácido sintético que contienen los refrescos puede erosinar tu dentadura e irritar tus encías.
- Cafeína: la cafeína extraída del café se agrega a los refrescos para provocar adicción a estas bebidas. Si se consume en grandes cantidades puede provocar insomnio, debilidad, fatiga, úlceras, interferencia con la digestión de las proteínas y con la regulación de las funciones intestinales llegando a producir vómitos y diarreas, provoca también hemorragias de la piel, cataratas, albinismo, alteración a los glóbulos rojos, hidrocefalia, hemorragia de los ojos, deficiencia ósea siendo irreversible, taquicardia, dolores de cabeza y hasta ataques de ansiedad. Esta sustancia puede ser peligrosa para los niños, ya que puede provocarles incontinencia en la orina, pesadillas, pérdida de memoria, pérdida de equilibrio, insomnio, fatiga, temblor de los dedos, temor, ansiedad, stress, hiperactividad y depresión. Y en el caso de las embarazadas puede representar riesgo de aborto durante el primer trimestre.
- Azúcar de caña y /o jarabe de maíz de alta fructosa: en el caso de los refrescos regulares, éstos contienen también azúcar de caña y/o jarabe de maíz de alta fructosa como endulzantes. Estas sustancias favorecen la prevalencia de la resistencia a la insulina y como consecuencias de está el Síndrome Metabólico y la Diabetes Mellitus Tipo II. También provocan el desgaste del esmalte de tus dientes, lo que los hace cambiar de tono y a largo plazo puedes incluso perderlos. Y por último pero no creo que no los consideres menos importantes, favorecen el sobrepeso y la obesidad.
Y los riesgos que el consumo de refrescos representa, no sólo se reduce a los compuestos que contiene la bebida, sino que sus envases tienen un recubrimiento de bisfenol A, un compuesto cancerígeno que puede causar también pubertad temprana y anormalidades en la reproducción.
Esto no tiene intención de amenaza o advertencia de muerte, lo único que buscamos es que estés consciente de todo lo que estás consumiendo y hagas cuentas de la frecuencia con lo que lo haces.
Dejar el refresco no es fácil, toma mucha fuerza de voluntad y ganas de hacerlo, pero tampoco es imposible. Se trata de ir haciendo cambios de a poco. Si lo que tomas es refresco regular puedes comenzar por cambiarlo a refrescos light. El siguiente paso puede ser empezar a reducirlo en cantidad, aumentando cada vez más la cantidad de tu consumo de agua. Si extrañas la sensación burbujeante, no tiene nada de malo utilizar agua mineral con jugo natural de limón o de naranja para controlar el antojo. Y si tu caso es de los que el agua natural simplemente no es para ti, entonces ¡añádele un poco de sabor! La jamaica y el jugo de limón pueden crear aguas deliciosas y súper refrescantes. Como ves, solo es cuestión de que te decidas.
Tipo de publicación: Artículos comentados
Referencias bibliográficas
- http://foodmatters.tv/content/a-sip-of-soda-how-soft-drinks-impact-your-health
- http://www.eluniversal.com.mx/menu/2014/principales-consecuencias-beber-refresco–96327.html
- http://www.clubplaneta.com.mx/cocina/danos_que_provoca_el_refresco.htm
- http://alianzasalud.org.mx/2013/10/advierten-expertos-danos-a-la-salud-por-consumo-de-refrescos/
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