De vez en cuando tenemos días relajados, vacaciones, puentes y días festivos y algunas veces se nos antoja una copita o un brindis; pero ¿qué es mejor? ¿es muy malo beber? Seguramente alguna vez escuchaste uno que otro beneficio… pero ¿será cierto?
Desde hace varias décadas se ha tenido un gran interés en el estudio sobre las bebidas alcohólicas y sus efectos, se han hecho investigaciones en hombres y mujeres de varios grupos y en diversos países se ha correlacionado el uso previo de alcohol con la salud actual de sus habitantes.
Estos estudios indican que beber cantidades entre pequeñas y moderadas de alcohol disminuye en casi un tercio el riesgo de morir por enfermedad cardiaca coronaria (ECC).
En un consenso en la literatura médica pone el límite de lo es beber moderadamente, a dos copas estándar al día, aunque el sexo, edad y otros factores bajan o aumentan los límites en los distintos individuos.
Existen varios efectos del alcohol como protección contra la ECC:
- Eleva el colesterol-HDL (bueno) en un 10-20%. Remueve y transporta el colesterol LDL en la pared vascular.
- Disminuye el colesterol malo (LDL). Reduce su factor de riesgo de formación de coágulos sobre placas ateroscleróticas.
- Disminuye la oxidación de HDL; es decir previene la formación de placa mediante antioxidantes (Sólo cuando hablamos de vino tinto)
- Disminuye la resistencia a la insulina. Como factor de riego clave para la diabetes del adulto y la aterosclerosis.
- Mejora el acondicionamiento del músculo cardíaco. Propia mayor resistencia al daño por privación de oxígeno.
Ésta claro que estos efectos benéficos se presentan hasta en un 30% más a los que no son bebedores. Por otra parte, el beber fuerte es claramente peligroso. Puede contribuir a patologías como cirrosis hepática, pancreatitis, ciertos cánceres y enfermedades neurológicas degenerativas, además de ser un factor involucrado en gran número de accidentes, homicidios y suicidios, así como en el síndrome fetal alcohólico; riesgo de sufrir cardiomiopatía alcohólica, elevar presión sanguínea, apoplejía, insuficiencia cardiaca y renal.
La cerveza y vino tinto parecen estar relacionados con un menor riesgo de enfermedad ECC. Sin embargo, las diferencias en los estilos de vida entre quienes prefieren un determinado tipo de bebida determinan las diferencias en los efectos aparentes sobre su salud. Aunque mediante estudio y observaciones el vino tinto contiene especialmente cierto número de ingredientes con potencia antioxidante y otros beneficios que actúan contra la arteriosclerosis. Entre el vino y la cerveza, el primero causa hasta un 25% menor de riesgo respecto al otro; y entre el vino y los licores fuertes existe un 35% menor como factor de riesgo de ECC.
Comentarios de la nutrióloga… Las bebidas alcohólicas tienen límites claros, bien delimitados y seguros para el consumo de alcohol. Uno de los elementos que debemos considerar y que serán factor trascendental para el consumo; es el entorno social y cultural cuando bebemos este tipo de bebidas; deberemos evitar las comidas grasosas o botanas así como platillos o postres altos en azúcar; para evitar que en un solo momento exista un exceso.
Tipo de publicación: Artículos comentados.
Referencias bibliográficas
Arthurtl Klatsky. Moderate Drinking and Reduced Risk of Heart Disease Scient Amer. 20013: 62-69
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