Era un 4 de diciembre del 2014, hacía frío , se sentía desde la terminal nerviosa de la espalda baja hasta la punta de los dedos de los pies y de las manos, eran las diez de la mañana y el sol que apenas se asomaba, no era suficiente para templar el ambiente, en interior de NutricionSAS Xola, en un consultorio al fondo del pasillo, se encontraba Israel, tomando su consulta como todas las semanas, y ésta no era la excepción; él siempre ha sido un paciente perseverante y respetuoso de los menús, por lo que hoy se le reconocerá su invaluable esfuerzo.
Los miembros de NutriciónSAS estábamos ansiosos por su llegada, porque es el primer paciente en esta sucursal, al que se le da una medalla para reconocer su pérdida de peso, la especialista Rocío, estuvo ensayando las líneas del discurso que pronunciaría, mientras frotaba con los dedos el folder que tenía en las manos; al mismo tiempo, Gerardo, Monserrat y Eduardo acomodaban las cámaras y lámparas, al tiempo que miraban a través del lente para evitar cualquier desperfecto, la nutrióloga Alejandra revisaba la medalla y preguntaba con una sonrisa nerviosa si debía abrocharse la bata o si se la quitaba, Carolina estaba ayudando a establecer la posición exacta donde se pararía nuestro protagonista.
El especialista Mauricio, estuvo sosteniendo el banderín todo el tiempo, se asomaba por un lado o por arriba impaciente por la llegada del invitado especial.
Esta vez , su esposa e hijo asistieron para acompañarlo, pero había una sorpresa en todo esto… él aún no lo sabía. Estaban sentados en un par de sillas al fondo del consultorio donde todos esperábamos, viendo con gusto y nerviosismo cómo todos hacíamos nuestro papel en torno a lo mismo; se acercaba la hora y todo estaba listo , entre risas y una atención enfocada a cualquier ruido que anunciara la llegada especial de Israel.
Se escuchó el sonido de los pasos y las voces de la Nutrióloga, Rocío e Israel que relajadamente caminaban a lo largo del pasillo y reían entre bromas, mientras se acercaban a donde con tanta emoción los esperábamos, y en un momento, la cerradura de la puerta dio vuelta y entraron los tres; uno detrás del otro, al último iba Israel , que dio un par de pasos y se quedó parado frente a todos con una sonrisa amplia y sincera, estaba sorprendido por lo que había detrás de esa puerta… su esposa y su hijo, a quienes no retiró la mirada la mayor parte del tiempo.
Comenzaron los discursos con Rocío, le siguió su nutrióloga y por último Israel, pero lo que no estaba en sus planes era escuchar las palabras de su hijo y su esposa. Pero eso aún no es lo mejor, el abrazo y beso en la mejilla de su hijo lleno de energía positiva , y mientras lo felicitaba esa mirada como cuando era un pequeño… de admiración, porque ¡hoy volvió a ser su héroe! ; en su momento, la mirada de su esposa y el caminar hacia él, como lo hizo en el pasado para rodear con sus brazos su cuello, y acercarse con ese frenesí de sentir el calor de sus labios nuevamente, como aquella primera vez.
Después de fotografías y una entrevista donde nos expresó lo emocionado y contento que se sentía, no sólo por su logro sino por el reconocimiento que NutricionSAS le hizo; Israel , su esposa e hijo salieron sonrientes y unidos, como lo que son… ¡una gran familia!
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Tipo de publicación: Historias y casos resueltos
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Crónica de una sonrisa que bajó de peso
