¿Tienes malestar estomacal cuando consumes lácteos?, seguramente has escuchado acerca de este padecimiento, en esta ocasión hablaremos de la intolerancia a la lactosa, primero que nada hay que dejar en claro qué es “la lactosa”, es simplemente el azúcar contenida en la leche; ahora bien, no hay que confundirnos con “la lactasa”, que es una enzima que se produce en el intestino delgado y tiene una gran importancia para digerir la lactosa, esto es necesario para que nuestro organismo realice su trabajo de absorción, si la lactasa es baja no se podrá realizar su labor y tendremos dificultades. Es así que, la intolerancia significa que no hay suficiente lactasa en el intestino delgado para romper la lactosa que se ha consumido, esto provocará que la lactosa parcialmente o no digerida, pasará al intestino grueso que es donde se descompone gracias a las bacterias que ahí se encuentran, generando sustancias que provocan dolores, hinchazón abdominal y diarreas.
La intolerancia a la lactosa se ha vuelto un problema muy común en los últimos años, sobre todo en adultos, pero las pregunta aquí es ¿Realmente tengo intolerancia a la lactosa? bien, éstos son los síntomas que lo pueden constatar: náuseas, dolor abdominal, espasmos, inflamación y distensión abdominal, gases y flatulencias, diarreas acidas, vómitos, heces pastosas y flotantes, defecación explosiva y en otras ocasiones puede causar otros síntomas poco comunes como: abatimiento, cansancio, dolores en extremidades, problemas cutáneos, alteraciones de concentración, nerviosismo, alteraciones del sueño; ésta se da únicamente por consumir lácteos o sus derivados y es importante que sea diagnosticada por un médico. El grupo más afectado por la intolerancia a la lactosa es la de los pueblos ganaderos y la población adulta por su déficit de lactasa.
Es muy común en estos días escuchar acerca de personas que padecen intolerancia a la lactosa, por lo que es muy importante descartar todas las posibilidades antes de asegurarlo, ya que muchas personas solo aseguran que la leche les causa daño, pero productos como quesos o yogurt no les afecta el tracto digestivo, por eso hay que darle mucha importancia a un diagnóstico médico para poder planear un tratamiento farmacológico y nutricional y de esta forma brindar opciones de alimentos que puede o no consumir el paciente.
Si ya existe la seguridad de que se padece de intolerancia a la lactosa, es muy importante verificar si hay síntomas y molestias, y si el paciente continúa consumiendo lácteos enteros, podemos sustituirlos por lácteos descremados o semidescremados, o en tal caso usar productos vegetales; es importante mencionar que alimentos como el chocolate o los helados también pueden ocasionar molestias.
CONCLUSIÓN
Si diagnosticamos correctamente el problema, entonces el tratamiento será más apegado a tus necesidades y estilo de vida, o si no se padece poder prevenirla, ya que pueden existir casos reversibles.
FUENTES BIBLIOGRÁFICAS:
TIPO DE PUBLICACION: ARTICULO DE APOYO A LA ENSEÑANZA.
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