¡No te alarmes! Ya estás haciendo todo lo que está en tus manos para llevar a cabo tu plan de alimentación saludable ¡tranquila y déjate llevar! Imagínate que es un clásico lunes en el que decides ponerte a dieta, comienzas con todos los ánimos del mundo y emprendes la pérdida de esos kilitos de más, avanza el tiempo, te portas bien, estás motivado y todo va “perfecto”, sin embargo, un día te pesas como de costumbre y de la nada, ¡la báscula simplemente no se mueve!; tu reacción, puede ir desde preocupación, frustración, hasta incluso tristeza al no ver los resultados esperados, y lo primero que se te viene a la mente es ¿por qué a mí silo hice todo bien?
Bueno, ante esos casos primero que nada mantén la calma, si tú estás completamente seguro(a) de que hiciste las cosas bien no tienes por qué preocuparte y sobretodo no pierdas la motivación, no te desanimes y no te arriesgues a perder lo que ya has ganado. Una vez recuperada la calma podemos comenzar a analizar que está pasando, en general hay muchos factores por los que una persona puede dejar de perder peso y no significa que padezcas una enfermedad ni tampoco implica que siempre será así; por ello, es preferible informarse y saber que está pasando en nuestro cuerpo, antes de estresarnos y llegar a malas conclusiones, así que te presento algunos factores que pueden estar interviniendo en tu lucha contra la báscula.
Causas principales…
- Efecto Yo-yo o Rebote. Si eres de las personas que han subido y bajado de peso de manera frecuente ten cuidado y mejor comienza a preocuparte por mantener un peso saludable, el jugar constantemente con el peso puede llevarnos a un punto donde se genere una diminución en el gasto energético corporal volviendo al cuerpo ahorrativo y por lo tanto no permita la pérdida de peso.
- No siempre se pierde grasa. Cuando comienzas un plan de alimentación normalmente comenzamos por disminuir el consumo de calorías diarias, con la intención de generar un balance energético negativo y así promover que el cuerpo obtenga energía a partir de nuestras reservas que se encuentran en los músculos y en el tejido adiposo. El cuerpo siempre tomará primero la energía del músculo y liberará agua, por lo que en ocasiones además de perder grasa, se perderá agua y si la dieta es desequilibrada se comenzará a perder músculo por lo que la pérdida de peso será más rápida pero la grasa se quedará igual. “Lo importante es perder grasa , no masa muscular.”
- Retención de líquidos. En ocasiones no es pretexto, es una realidad, sobre todo en las mujeres durante su periodo menstrual, donde se han registrado incrementos de hasta 1.5kg, lo importante es no infartarse y diferenciar que ese aumento de peso es por agua y no por grasa corporal, una vez corregida la retención de líquidos esos kg extras se perderán. Muchas personas son propensas a retener líquidos, por ejemplo cuando consumen alimentos con mucho sodio, tomaron poca agua, consumieron bebidas alcohólicas días antes del pesaje o están estreñidas.
- Evita el estrés por la báscula. Volviendo al tema de la retención de líquidos, muchas personas se obsesionan por bajar de peso y se estresan favoreciendo la liberación de cortisol, una hormona que precisamente se produce en situaciones de estrés con la intención de que nuestro cuerpo pueda tolerarlo, sin embargo, su liberación genera que el cuerpo retenga más líquidos y no bajemos de peso, así que relájate y enfócate en hacer las cosas bien sin obsesionarse con el número.
- Sé más riguroso en tu dieta. En ocasiones nos confiamos, tal vez la primera vez que comenzaste tu plan de alimentación recuerdas haber consumido algunos alimentos extras al menú y aun así en esos momentos bajaste de peso, por lo que tal vez lo intentaste de nuevo y ésta ocasión no funcionó y por ello no bajaste lo deseado.
- Incrementa tu gasto de energía. No se trata de bajarle a las calorías a tu dieta cada vez más y morir de hambre, de hecho el empezar el tratamiento con dietas muy restringidas en calorías también disminuye el metabolismo basal, por lo que el bajar de peso se vuelve más difícil. Por lo que el punto principal es adecuar la energía de tu dieta y gastar más de la que consumes, de esta forma tu organismo comenzará a utilizar las reservas de energía y comenzará a bajar nuevamente. En ocasiones tu cuerpo se adapta y alcanza un equilibrio gastando las calorías que ingieres, por lo que será necesario darle un pequeño empujón.
- Realiza ejercicio. Aunado al punto anterior, que mejor forma dar ese empujón e incrementar tu gasto de energía que con un poco de ejercicio, se trata de sacar a tu cuerpo de la rutina y ponerlo a trabajar; si ya haces ejercicio intenta un cambio de rutina o un ejercicio nuevo; si no haces ejercicio, que mejor momento para comenzar, pero OJO no comentas el error de esperar resultados los primeros días posteriores al ejercicio, ya que recuerda que éste favorece que tus músculos se fortalezcan y pesen más, generando un incremento o bien mantenimiento del peso; primero que nada toma en cuenta que el músculo pesa más que la grasa corporal, razón por la cual puedes no perder kilos pero si notar cambios en tu ropa al sentirla menos ajustada, así que calma esto te conviene significa que está funcionando, recuerda que entre más músculo posea tu cuerpo más calorías consumirá por lo que no te desesperes, en cuanto tu cuerpo se adapte a la nueva rutina comenzarás a ver resultados paulatinamente.
- Cambia tu dieta. Si ya llevas tiempo desde que comenzaste y estás siguiendo exactamente el mismo plan de alimentación desde el primer instante, mantendrás tu peso sin problema más no lo seguirás perdiendo, por lo que tu dieta requiere cambios. Recuerda que para eso está tu nutrióloga, para ayudarte con los cambios necesarios en esta lucha para perder peso, somos tus aliadas en esta batalla en la que buscamos tú seas siempre el ganador.
- Escribe un diario de alimentos. Se honesto contigo mismo, puede que te estés pasando sin darte cuenta y no me refiero precisamente a un pastel, pero si tal vez en porciones más grandes de alimentos incluidos en tu dieta, inténtalo y compáralo con las indicaciones de tu dieta original y tal vez detectes algún exceso.
- Mantente activo durante tus actividades cotidianas. Admitámoslo el ir una hora al gimnasio no te convierte en un atleta de alto rendimiento si el resto del día la pasas sentado, trata de activarte un poco más, prueba subir escaleras, dar caminatas pequeñas o usar tu bici como medio de transporte. El punto es gastar más energía.
- Uso de fármacos. El consumo de antinflamatorios, hormonas, antidepresivos y algunos anticonceptivos se encuentran asociados a los kilogramos marcados por la báscula, si consumes alguno de ellos es importante consultar a tu médico que te encuentras en un plan de pérdida de peso de manera que te oriente con alguna alternativa que no interfiera con tus objetivos.
Como puedes ver el no bajar de peso no necesariamente significa que estés enfermo, sin embargo nunca estará de más realizar chequeos constantes y garantizar que todo esté en orden. Fuera de ello, si eres de las personas a las que se les complica la pérdida de peso, la regla número 1 de tu tratamiento es: No te desesperes, haz las cosas bien y ya sea en tu ropa o en la báscula (de manera eventual) pero créeme, no te quedarás así por siempre. El segundo paso es No te rindas, no botes todo lo que ya ganaste, recuerda que la pelea con la báscula es a largo plazo, así que no debemos dejarnos dominar por ella sino todo lo contrario, para ello no te digo que es fácil, todo lo contrario se requiere esfuerzo, sacrificio, paciencia y mucha dedicación.
No te compares con nadie y enfócate en ti y en lo que estás logrando. Espero te haya sido de utilidad este artículo en el camino a conseguir tus metas.
Tipo de publicación: Artículos comentados.
Referencias bibliográficas
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Me encanto este tema, creo me va ayudar mucho porque estaba a punto de tirar la toalla pero me hizo meditar en varios puntos, gracias lo pondré en práctica